El rito. A lo largo de la historia del hombre el rito ha sido el centro y el límite de todo cuanto ha puesto en relación al ser y a lo trascendente. Las diferentes ceremonias han articulado la vida de los hombres desde donde sale el sol hasta hoy día, cuando la consolidación de Internet como un lugar cada vez más físico ha traído consigo consecuencias de muy diversa naturaleza.
Internet es un lugar, un espacio en el que perviven los ritos: se compra, se mantienen reuniones e incluso en el que se disfrutan obras de arte, algunas de ellas concebidas especialmente para la fisionomía de una interface, para ser disfrutadas como usuarios tras la pantalla.
La información. Actualmente vivimos rodeados por informaciones, datos e ideas que antaño podrían existir a unas distancias físicas y temporales inabarcables. Sin embargo hoy éstas se encuentran a un clip: antiguas, renacidas, vigentes o superadas. Así surge este concierto, esta experiencia interpretativa que une, en un espacio y en un tiempo, a casi 1000 años de historia del hombre en forma de voces, clarinete, vídeo y futbolín. Sí, Música… ¿qué si no?
El concierto, pues, aproxima estos dos mundos, el ritual y el virtual, en la búsqueda de un subtexto que gira en torno a los mecanismos que la sociedad ha creado desde tiempos inmemoriales para afirmar su identidad y preservarla, y con ella aspirar a un estadio que traspasa lo temporal. No habrá divisiones ni orden cronológico de programa sino una dramaturgia conjunta en la que todas las piezas e intérpretes se entrelazarán. No será necesario un programa cerrado, una explicación razonada ni tampoco una aprobación por parte del público. En el concierto de clausura de éstas IX Jornadas de Jóvenes Musicólogos de Granada, no serán necesarias demasiadas cosas, tan solo silencio, música y poesía.